Mi experiencia en el Practicum
Es importante destacar que el Practicum tiene un total de 12 ECTs y que es completamente OBLIGATORIO, lo que puede ser complicado para aquellas personas que tienen un trabajo y pretenden realizar el máster. Este periodo de prácticas puede realizarse en dos periodos distintos, el primero de ellos a mediados del segundo trimestre, y el segundo de ellos entre el segundo y el tercer trimestre.
En mi caso concreto yo llevé a cabo este periodo como alumno en prácticas de la especialidad de Biología y Geología en aquel centro en el que estudié tanto la Educación Primaria como la Educación Secundaria Obligatoria, además, tutorizado por la profesora que me impartió a mi varias de las asignaturas de este ámbito. De esta manera, mi experiencia previa como alumno en este mismo centro ha aportado ciertos matices adicionales a mi experiencia en él, ahora desde el punto de vista de un docente.
La llegada al centro supuso un ‘shock’ en varios sentidos para mí. Hubo dos aspectos que llamaron mi atención por encima de todo: el alumnado y las metodologías docentes. Son muchas las voces que hablan de los cambios en las nuevas generaciones con respecto a las anteriores. Estas voces generalmente adoptan un tono negativo, aunque, para ser justos, creo que esto es algo atemporal y todas las generaciones tienden a percibir en mayor medida los defectos de las siguientes generaciones que sus virtudes. En mi primer contacto con los alumnos de la ESO pude observar bastantes diferencias en su aspecto pero sobre todo en su comportamiento entre ellos y con el profesorado en comparación a los recuerdos que mantengo de mi generación en esta misma etapa educativa (hace poco más de una década). La disciplina en los alumnos es ahora menor, y a mi juicio es más difícil manejar los comportamientos inapropiados en clase y conseguir su atención. Sin embargo, también he observado numerosos aspectos que han mejorado en ellos. En general creo que los alumnos actualmente cuentan con menos conocimientos teóricos, o al menos se les exige una menor memorización irracional en favor de una más comprensiva, significativa y en la medida de lo posible conectada con su vida, su realidad cercana y el contexto global. Esta generación, en cambio, considero que goza de mayores competencias en numerosos aspectos transversales, muchos de ellos esenciales en su porvenir, como por ejemplo el trabajo en equipo y la cooperación, la realización y la exposición de proyectos, o el manejo de las nuevas tecnologías (TIC). Por otro lado, el inglés es una materia que ahora se denomina mejor, probablemente por diversos motivos entre los que se incluyen el consumo de contenido bilingüe en la red, la potenciación de esta materia en el sistema educativo o al hecho de que la etapa de la educación primaria ahora se imparte en este idioma para diversas materias (en el caso de la ESO, algunos cursos de las siguientes asignaturas: tecnología, plástica, geografía e historia y física y química).
En cuanto a las actividades pedagógicas, quizás han sido tres los aspectos que más han llamado mi atención:
La organización de la mayor parte de las clases en grupos de tres a cuatro personas de manera casi permanente, tanto para el desarrollo de las clases expositivas, como para el desarrollo de diversas actividades orientadas tanto a la impartición de nuevos contenidos como a la asimilación de contenidos previamente impartidos, así como, en ciertos casos, para actividades de evaluación.
El dinamismo de las clases, con una estructura muy alejada del ‘modelo tradicional’ con clases de 55 minutos a lo largo de las cuales únicamente se lee el contenido del libro y se hacen los ejercicios presentes en él.
La implementación y la integración de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las clases a través de herramientas diferentes y variadas, generalmente bastante atractivas para el alumnado.
Cuando comencé las prácticas llegué con ilusión por poner en práctica los conocimientos obtenidos a lo largo de mi formación y por experimentar en primera persona la realidad de la profesión a la que espero poder dedicarme, pero también por volver al centro donde pasé trece años de mi vida y donde en gran medida me forjé como la persona que soy a día de hoy. Sin embargo también tenía cierto miedo, ya que en esta época han confluido diferentes situaciones y eventos académicos y profesionales que han supuesto una carga de trabajo y estrés significativa para mí. A pesar de ello, tras haber pasado varias semanas de prácticas en el centro, estoy muy agradecido de haber tenido esta experiencia y de haber intentado aprovecharla al máximo posible. Gracias a esta experiencia, considero que me llevo, además de una idea mucho más clara del día a día de la profesión a la que aspiro, numerosos aprendizajes valiosos y un crecimiento profesional importante. Todas las vivencias y las reflexiones reflejadas en este apartado me han ayudado enormemente a orientar mis perspectivas sobre mi hipotético futuro como docente. En general, considero que no me puedo llevar mejor ejemplo de esta profesión que el que me ha dado Maribel a lo largo de este periodo. Llegado el momento, quiero ser un docente que no deje de esforzarse por dar la mejor enseñanza a los alumnos, un docente que se esfuerce por innovar y ofrecer los mejores recursos disponibles para favorecer el interés por su materia, el aprendizaje significativo y la adquisición de competencias útiles en todos los ámbitos de la vida; pero también un docente que sea capaz de ver en sus alumnos no solo los sujetos de su profesión, sino a personas con diferentes características y vivencias que necesitan el mejor trato y la mejor educación (en su sentido más amplio) que se les pueda transmitir para prosperar. Son estas las cualidades que aspiro a tener como docente y aquellas que creo que significan el éxito como profesional de la educación.
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